De anécdota a leyenda
Al contar la historia del origen de la primera crema de manos de Aesop una y otra vez, ha dejado de ser una divertida anécdota y se ha convertido en una asombrosa leyenda, rodeada de un aura mística tan intrigante, cautivadora y que en ocasiones invita a dibujar una sonrisa como una fábula de antaño.