A dim room with a massage bed and a wooden cabinet with a bouquet of flowers placed on top. A orange coloured lamp hanging on the cabinet.

Tratamientos faciales

Serenidad para la piel

Si por algo destacan los tratamientos faciales de Aesop, es por su meticulosidad y atención al detalle, su impecable técnica, una nutrición profunda y un tacto exquisito.

En algunas de las tiendas que tenemos en todo el mundo ofrecemos tratamientos diseñados para nutrir tanto la piel como los sentidos. Desde el momento en que te envuelve el silencio aromático de esta experiencia, tu terapeuta facial se dedica en cuerpo y alma a que disfrutes de unos momentos enriquecedores para obtener unos resultados óptimos. 

Inicialmente, se lleva a cabo una consulta para observar tu piel y adaptar el tratamiento a tus necesidades. Es posible que tu terapeuta utilice fórmulas creadas en el momento para ti. 

Tras el tratamiento, te recomendará una rutina de cuidado facial con productos Aesop para seguir mimando tu piel en casa. 

A short series of facial room vignettes.

60 minutos: calmante y completo Una experiencia ampliada para relajarte por completo. Incluye doble limpieza, exfoliación, cepillado de la piel en seco, aplicación con vapor de productos personalizados, extracciones, masaje de rostro, escote, brazos, manos y cuero cabelludo, mascarilla purificante de arcilla y, para acabar, una hidratación profunda.

75 minutos: sin prisa y sin comparación Este es un tratamiento integral que ofrece nutrición intensa. Incluye doble limpieza, exfoliación, cepillado de la piel en seco, aplicación con vapor de productos personalizados, extracciones, mascarilla purificante de arcilla, masaje ampliado de rostro, escote, brazos, manos y cuero cabelludo, mascarilla hidratante rica en vitaminas y, para acabar, una última capa de hidratación.

Además de la duración indicada, la experiencia completa puede extenderse hasta 30 minutos con motivo de las consultas previa y posterior al tratamiento facial.

‘There isn't a train I wouldn't take, / No matter where it's going.’

Edna St. Vincent Millay