La historia de nuestras fragancias

Veinte años de ensayo y error

Desde nuestros primeros experimentos en el laboratorio hasta nuestras últimas fórmulas: una historia protagonizada por los aceites esenciales, la paciencia y la ciencia de la perfumería.bLa primera vez que los clientes experimentan nuestros productos, casi siempre alaban los aromas, derivados de diversos aceites vegetales.

Sin embargo, para nosotros, estos aromas son mucho más que un agradable añadido, y es que siempre hemos utilizado aceites esenciales por los beneficios que aportan a la piel y al cabello.

Niebla flotando sobre formaciones rocosas.

La primera vez que desarrollamos productos cuyo único fin era el placer olfativo fue la creación de nuestras fragancias originales, Mystra y Marrakech.

Desde entonces, hace unos quince años, nos hemos despedido de Mystra, hemos reinventado Marrakech y hemos creado otras seis fragancias, cada una con una composición diferente atendiendo a los distintos elementos que nos han servido de inspiración.

2001

El nuevo milenio coincidió con los primeros intentos de crear fragancias en nuestro laboratorio. Estos primeros experimentos fueron instigados por clientes que, a lo largo de los años, habían expresado su deseo de que Aesop crease perfumes o colonias, encandilados por los aromas de nuestros productos de cuidado corporal.

El sector de la perfumería está saturado de productos fabricados con plazos cortos, destinados al mercado de masas, y suele guiarse por prejuicios obsoletos acerca de los gustos demográficos. Nuestro proceso de desarrollo de productos siempre ha sido metódico y científico, así que lo trasladamos a esta exploración de fragancias, un ejercicio impulsado por la pasión, no por el mercado.

En un principio, queríamos crear fragancias compuestas solo por aceites esenciales, ajustando sistemáticamente la concentración y la composición.

2005

Marrakech Eau de Toilette original, la muestra 64.1 de una serie inacabable de prototipos, contenía aceite de sándalo, rosa, jazmín y neroli en altas concentraciones. En aquel momento, los medios de comunicación consideraban Aesop un «favorito de culto» esperamos que por nuestra presencia relativamente pequeña y la ausencia de publicidad, y no por ninguna asociación con sectas. En su versión original, Marrakech reflejaba este nicho más de lo que nadie pensaba: los primeros lotes se fabricaron, maceraron y rellenaron a mano en nuestro laboratorio de Carlton (Melbourne). No había público objetivo: creamos nuestra primera fragancia a nuestro gusto, como una expresión de lo que es Aesop.

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2006

Al año siguiente lanzamos Mystra, que se inspiraba en Bizancio y tenía notas de ládano, incienso y almáciga. Era una fragancia resinosa y embriagadora, tan abrasiva como atrayente. Al igual que Marrakech, se alejaba de los perfumes florales, limpios y alegres que estaban en boga por aquel entonces y rechazaba el tedioso género binario para que pudiera disfrutarla todo el mundo.

Sin embargo, la dificultad de trabajar con aceites esenciales concentrados radica en su volatilidad. Eso hacía que, a pesar de tener una fuerte presencia aromática al aplicarlas, se evaporaran demasiado pronto. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que debíamos recurrir a la ciencia de la perfumería y comenzamos a desarrollar fórmulas que perdurasen más tiempo en la piel.Dos muestras de 10 ml de Mystra y Marrakech en su envase original.

Dos muestras de 10 ml de Mystra y Marrakech en su envase original.

2012

En nuestro afán por descubrir las técnicas de perfumería contemporáneas, conocimos al perfumista francés Barnabé Fillion, con quien establecimos una colaboración duradera. Barnabé, formado en botánica y fitoterapia, aceptó el reto de deconstruir y reconstruir nuestra primera fragancia.

Fotografía del perfumista francés Barnabé Fillion, en el exterior, con un paisaje sedimentario de fondo.

2014

La versión reinventada de Marrakech Intense Eau de Toilette recibió una gran acogida. Con notas de clavo, sándalo y cardamomo, mantenía la calidez picante y floral de su predecesora, pero con una mayor durabilidad.

2015

Un año más tarde, nació Tacit Eau de Parfum fruto de otra colaboración, esta vez con la perfumera Céline Barel. Aunque lo lanzamos poco después que Marrakech Intense, lo cierto es que tardamos unos siete años en desarrollarlo. Las indicaciones para crear la fragancia incluían tres ingredientes (yuzu, vetiver y albahaca), una película (Deseando amar, de Wong Kar-wai), un artista (Giorgio de Chirico), algunas canciones de Serge Gainsbourg y un tono concreto de verde (Pantone 363).

Frascos de eau de parfum Marrakech, Tacit y Hwyl sobre fondo de arte generativo por Jonathan McCabe.

2017

De nuestra amistad con Barnabé Fillion surgió la tercera adición a nuestra gama de fragancias: Hwyl Eau de Parfum, con un perfil terroso y resinoso. Su nombre proviene de una palabra galesa que significa «sensación conmovedora de energía y motivación emocional», pero la fragancia está inspirada en el silencio y la quietud de los centenarios bosques de hinoki japoneses. Su aroma amaderado y ahumado proviene de las notas de ciprés, incienso y vetiver.

2020

Más tarde, volvimos a rediseñar Marrakech Intense, que pasó de ser eau de toilette a eau de parfum; esta nueva versión más concentrada expresaba la fragancia con mayor intensidad y longevidad. Marrakech Intense está disponible en versión eau de parfum y en versión parfum.

La diseñadora modernista Charlotte Perriand, pionera en su campo, fue la musa de Rōzu Eau de Parfum, nuestra primera fragancia floral. Al igual que ella, la fragancia subvierte las expectativas: lejos de desprender un empalagoso aroma a rosa, Rōzu es sorprendentemente verde y ligeramente ahumada y expresa el ciclo vital completo de la flor del mismo nombre.

Nacida en París, Charlotte fue discípula de Corbusier y llegó a trabajar junto a él. Le entusiasmaba el alpinismo y los deportes de exterior, y pasó muchos años en Japón. Esta fragancia, con notas de rosa, shiso y madera de guayaco, encarna sus pasiones y su espíritu intrépido.

Frasco de vidrio marrón sobre una silla modernista diseñada por Charlotte Perriand, con la sombra de una rosa al fondo.

2021

Este año celebramos el lanzamiento de una tríada de fragancias titulada Othertopias, compuesta por Miraceti, Karst y Erémia. Una vez más, hemos trabajado con nuestro apreciado colaborador Barnabé para desarrollar tres fórmulas únicas, inspiradas en distintos espacios liminales: la embarcación, la costa y el páramo.

Animación de luz desplazándose para iluminar los envases de cartón de las fragancias que conforman Othertopias

Miraceti—la embarcación— evoca una peligrosa travesía en alta mar. Es cálida y terrosa, con acordes balsámicos y un matiz de agua salada, y se caracteriza por las notas de ládano, abelmosco y estoraque. Karst invoca la orilla, fresca y mineral al mismo tiempo. Las notas de salida de enebro y bergamota descienden hacia unas intensas notas de fondo de vetiver y cedro, dotadas de una profundidad resinosa de la mano del sándalo.

La idea de Erémia, el páramo, evoca la naturaleza en un lugar inesperado que reclama los espacios urbanos. Las notas de gálbano, iris y yuzu confieren a la fragancia un carácter vivo y verde, que recuerdan a tierra, musgo, aromas florales almizclados, asfalto mojado por la lluvia y tenaces flores silvestres.

2022

Eidesis, inspirada en el mito de Narciso, es provocativa pero reconfortante, seductora pero inusual, una fragancia amaderada, picante y ambarada que perdura en el cuerpo y en la memoria.

Eidesis Eau de Parfum es un popurrí de pimienta negra, que aporta el toque picante, incienso, que confiere la nota resinosa, y sándalo, que atrae a las mentes curiosas.

Reflejo de un frasco de Eidesis Eau de Parfum en un remanso de agua ondeante.
Tres frascos ámbar de fragancias colocados entre los pliegues de un tejido de color terroso.
Lessons from the lab
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A reflection of an Eidesis Eau de Parfum bottle in a pool of rippling water.
Lessons from the lab
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