Aunque podemos tener la tentación de recurrir a productos agresivos para «secar» la piel, en realidad, solo conseguiremos exacerbar la producción de grasa, como hace ese aire acondicionado con temperaturas más propias del Ártico. En vez de eso, recomendamos una rutina diaria que incluya ingredientes astringentes e hidratantes para reequilibrar la piel.
Una limpieza frecuente elimina la suciedad, el exceso de grasa, el maquillaje y el protector solar. El limpiador Amazing Face Cleanser contiene aceite de cáscara de mandarina, con propiedades purificantes demostradas, mientras que el tónico Bitter Orange Astringent Toner, formulado con cítricos, hamamelis y romero, completa el proceso de limpieza y equilibra la piel.
Los sérums hidratantes son ideales para quienes prefieren una textura ligera cuando aumentan las temperaturas. Lightweight Facial Hydrating Serum se absorbe rápidamente y contiene pantenol, un humectante, en una base calmante de aloe vera, por lo que restablece la hidratación sin saturar la piel. Como alternativa, Parsley Seed Anti-Oxidant Serum es una acertada elección para entornos urbanos, ya que contiene ingredientes fortificantes para proteger la piel frente a los factores meteorológicos, que pueden desencadenar la producción de radicales libres en las células.
Por su parte, B Triple C Facial Balancing Gel es ideal para usarlo por la noche, ya que su textura en gel denso permite mezclarlo con un aceite hidratante para reforzar la nutrición, proporcionando altas dosis de vitaminas B y C.
Por último, llevar a cabo una limpieza profunda periódicamente ayuda a retirar las células muertas, que pueden obstruir los poros. No obstante, en el término medio está la virtud, como en todo: exfoliarse insistentemente puede dejar la piel desprotegida y hacer que las glándulas sebáceas produzcan aún más grasa. La aplicación de Tea Tree Leaf Facial Exfoliant dos veces por semana, seguida de la mascarilla purificante Primrose Facial Cleansing Masque, ayuda a lograr una piel limpia y tersa.