El proceso para diseñar la tienda de la calle Consell de Cent en Barcelona, junto con los arquitectos de Barozzi Veiga, comenzó por desnudar el espacio hasta revelar su esencia de finales del siglo XIX. El interior se caracterizaba por ser un espacio estrecho, pero de gran altura, con tres majestuosas columnas que parecen tocar el cielo. Partiendo de esta base, concebimos el nuevo diseño haciendo una meticulosa interpretación arquitectónica de la forma en la que funcionan nuestras tiendas, dividiendo el plano de planta en una coreografía de bienvenida, exploración y relajación.
Las monumentales proporciones de la tienda están precedidas por una esbelta fachada de metal gris oscuro, flanqueada por altas columnas neoclásicas. Al cruzar el umbral, el visitante se ve envuelto en una secuencia rítmica definida por unos pocos elementos, situados de forma intencionada y precisa. Como contrapunto horizontal a los colosos verticales que son las columnas, añadimos una encimera de acero pulido, que abarca toda la pared hasta desaparecer en las profundidades de la estancia. Los lavabos integrados en ella ofrecen al visitante la oportunidad de sumergir las manos en una experiencia única para los sentidos. En la pared opuesta, a tan solo tres metros y medio, los ordenados estantes de acero refuerzan el diseño lineal y exponen nuestra gama de productos de manera organizada.